Hacer ejercicio es bueno para el cuerpo. Sin embargo, también puede ser perjudicial, sobre todo si se hace en exceso. Para la mayoría de los niños, jugar y saltar proporciona suficiente ejercicio para mantenerse sanos. Sin embargo, algunos niños participan en deportes organizados. Estos niños corren el riesgo de hacer ejercicio en exceso. Esto se debe a que la naturaleza competitiva de los deportes lleva a los adultos a impulsarlos para que sean ganadores.
Se suele creer que los niños tienen una energía inagotable. Por lo tanto, pueden pasar de una actividad a otra sin parar. Sin embargo, la combinación de juego normal y deportes organizados puede ser una mala opción para el exceso de ejercicio infantil. Sin una supervisión adecuada, los niños que participan en deportes organizados pueden sufrir fácilmente agotamiento y lesiones relacionadas con el ejercicio. Si no se gestionan adecuadamente, los niños pueden sufrir fácilmente agotamiento, ya que los adultos dan por sentado que tienen toda la energía para impulsarlos en las diferentes actividades.
Cada niño tiene un ritmo de desarrollo diferente. Por lo tanto, aunque algunos niños estén en el mismo grupo de edad, otros pueden estar retrasados en su desarrollo. Desafortunadamente, padres y entrenadores quieren que sus hijos sigan los mismos horarios de entrenamiento que sus compañeros de edad. Como resultado, los niños no se adaptan a esos horarios, ya que sus cuerpos aún no están preparados. Pueden terminar agotando sus capacidades, como resultado del ejercicio excesivo.
Es importante estar atento a las capacidades del niño para determinar los ejercicios que puede realizar. Esto ayudará a evitar que se le exija más de lo que puede.