Este artículo apareció originalmente en Resumen de noticias de salud.
Con la llegada del Abierto de Tenis de Estados Unidos, tanto los jugadores profesionales como los aficionados comprenden que el juego recae plenamente sobre los hombros, afirma el Dr. Alejandro Badia, cirujano ortopédico de mano y extremidades superiores. «El mecanismo de movimiento antinatural que requieren las extremidades superiores para los diferentes golpes de tenis genera una tensión anormal en las articulaciones, especialmente en el hombro, independientemente de si el jugador está sacando o restando la pelota», explica.
El hombro es la estructura más móvil del cuerpo, capaz de adoptar hasta mil posiciones diferentes. Sin embargo, es esta flexibilidad la que también hace que las articulaciones del hombro sean inherentemente inestables y más propensas a problemas causados por el uso excesivo, lesiones o el agravamiento de trastornos articulares subyacentes, como la bursitis y la tendinitis.
Dr. Badia, fundador y director médico del Badia Hand to Shoulder Center y OrthoNOW®
El Dr. Badia coincide con los investigadores que afirman que el movimiento repetitivo del brazo por encima de la cabeza, necesario para impulsar la pelota durante el saque, expone al tenista a un mayor riesgo de sobrecargar y desestabilizar las estructuras anatómicas del hombro. «Esto es especialmente cierto si el saque se realiza con una técnica deficiente», afirma el Dr. Badia.
Sin embargo, también señala un estudio relativamente reciente en Biomedical Research donde científicos informan que una preparación inadecuada y una fuerza excesiva en el swing al devolver el servicio también pueden causar lesiones de hombro y dañar el manguito rotador del tenista. Otra lesión común es la del labrum, en particular el labrum superior, conocido por los médicos especialistas en hombro como SLAP. El manguito rotador es un grupo de músculos y tendones que sostiene el hombro y le proporciona su inusualmente amplio rango de movimiento.
El Dr. Badia atribuye el desarrollo del dolor en el hombro del tenista en atletas más jóvenes tanto a los regímenes de ejercicios actuales como al uso excesivo.
Los programas de acondicionamiento a menudo se centran en fortalecer los músculos deltoides (los músculos de forma triangular ubicados en la parte externa de los hombros) e ignoran el manguito rotador.
En jugadores mayores, el tenis puede provocar síndrome de pinzamiento, en el que el arco óseo suprayacente del hombro irrita los tendones y la bursa del manguito rotador. La bursitis relacionada con la edad suele ser una de las principales causas de este problema, afirma el Dr. Badia.
“A medida que envejecemos, el riego sanguíneo del manguito rotador disminuye, lo que provoca pequeños microdesgarros tendinosos que pueden favorecer la tendinitis o incluso causar desgarros más grandes”, afirma. Otras causas comunes del “hombro de tenista” son los desgarros en el labrum, la estructura fibrosa similar a un parachoques, que profundiza la cavidad articular y proporciona estabilidad adicional al hombro, que es inherentemente inestable; los desgarros del manguito rotador; y la separación del hombro, donde la clavícula se conecta al acromion, que forma parte de la escápula (omóplato). El propio Dr. Badia sufrió una luxación de hombro de grado 3 de la articulación acromioclavicular al caerse al intentar un revés profundo en la cancha.
Las molestias en el hombro son extremadamente comunes, solo superadas por el dolor lumbar y el dolor de rodilla, y afectan hasta al 25 % de los adultos en algún momento. El dolor puede ser profundo, persistente e incapacitante, dificultando la realización de actividades cotidianas sencillas. Según el tipo de trastorno, los síntomas también pueden incluir rigidez del hombro, debilidad en el hombro y el brazo, limitación del rango de movimiento e incluso atrofia muscular.
“Es la complejidad del hombro lo que hace que el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos del hombro sean un desafío”, afirma el Dr. Badia, y agrega que los pacientes deben buscar intervención médica “de un especialista con conocimientos en todos los aspectos de la función del hombro” en las primeras etapas de un problema para prevenir complicaciones articulares más graves.
Las terapias conservadoras para aliviar el dolor leve o moderado del hombro de tenista incluyen la aplicación de calor húmedo o hielo en las articulaciones afectadas, antiinflamatorios no esteroideos de venta libre o con receta, reposo, fisioterapia, inyecciones de corticosteroides e inyecciones de sustancias ortobiológicas adecuadas (p. ej., PRP, inhibidores de la proteasa, etc.). Los especialistas en hombro están utilizando las inyecciones de corticosteroides con menos frecuencia debido a sus efectos secundarios, como la creación de desgarros en tejido dañado o la inhibición de la respuesta de curación, tan crucial.
Si estas medidas no resuelven el problema, podría ser necesaria la cirugía, afirma el Dr. Badia, quien aplica técnicas avanzadas, como la cirugía artroscópica y la aplicación de implantes bioinductivos para acelerar la cicatrización en desgarros pequeños pero dolorosos en progresión. Con las tecnologías actuales, la cirugía abierta es poco frecuente y suele reservarse para algún tipo de reemplazo protésico. Existen varios tipos de artroplastia y, con el procedimiento adecuado y una rehabilitación especializada, nuestros jugadores más veteranos a menudo también pueden volver a la cancha.
“Por supuesto, la disfunción del hombro no tiene por qué ser el resultado inevitable de jugar al tenis o practicar otros deportes y actividades”, afirma el Dr. Badia. Para reducir los riesgos para el hombro, ofrece estos consejos:
- Hable con un fisiólogo del ejercicio o un especialista en ortopedia sobre estiramientos, como el estiramiento del durmiente y el estiramiento con brazos cruzados, para fortalecer la rotación interna del hombro.
- Calentar adecuadamente antes de un partido.
- Participe en un programa de fortalecimiento del manguito rotador para ayudar a minimizar las lesiones, incluidos ejercicios de rotación interna y externa con resistencia.
- Preste atención a la técnica para evitar poner una tensión indebida en las articulaciones.
- Utilice el equipo adecuado. Asegúrese, por ejemplo, de que la raqueta de tenis tenga el tamaño de empuñadura y la tensión de las cuerdas correctos.
- Tómate descansos. Es especialmente importante escuchar el dolor. A veces, descansar y fortalecerse es la mejor medicina.