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La aprobación por parte de la Cámara de Representantes de la Ley de Atención Sanitaria Estadounidense del Presidente Trump es obviamente sólo la primera etapa de lo que promete ser un drama convincente, impredecible e importante en las próximas semanas y meses.
Muchos directores ejecutivos ven aspectos importantes que les gustan en el proyecto de ley, características que esperan que se mantengan vigentes hasta el final del debate legislativo. Sin embargo, a otros les preocupan las numerosas preguntas sin respuesta que deja el proyecto de ley, y algunos de sus claros propósitos, como retirar la cobertura a algunos grupos muy vulnerables que han estado cubiertos por la Ley de Atención Médica Asequible del presidente Obama.
La confusión inicial en torno a un proyecto de ley que pocos entienden o incluso han leído recuerda las preocupaciones que tenían los republicanos sobre Obamacare durante su aprobación en 2010, después de que la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijera: "Tenemos que aprobar el proyecto de ley para que puedan saber qué contiene".
Otros directores ejecutivos creen que es demasiado pronto para prestar mucha atención a lo que está sucediendo actualmente con la reforma sanitaria, en gran parte porque aún queda mucho por decidir. Existe una preocupante falta de detalles y algunos sospechan que los republicanos a cargo de Washington, D.C., intentan ignorar su promesa de reformar la cobertura sanitaria, en gran medida para despejar su agenda y lanzarse a recortes de impuestos y, tal vez, a una reforma fiscal.
Básicamente, la versión de la Cámara de Representantes del proyecto de ley liberaría a los empleadores de varios impuestos y requisitos de Obamacare. El reemplazo más notable es el requisito de que las grandes empresas ofrezcan seguro médico a sus empresas o paguen una multa.
Además, la cobertura para quienes tienen afecciones médicas preexistentes podría encarecerse en algunos estados. Esta cobertura es un eje central del Obamacare y un foco de atención política. Así, si bien sigue prohibiendo a las aseguradoras negar cobertura a personas con problemas de salud, el proyecto de ley de Trump les permitiría cobrar primas más altas durante aproximadamente un año si tienen un periodo sin cobertura, siempre que vivan en estados que obtengan exenciones federales. En esencia, el proyecto de ley republicano plantea tantas preguntas como respuestas con respecto a las afecciones preexistentes.
Si la versión de la Cámara del proyecto de ley sigue siendo reconocible y se convierte en ley, cree Alejandro Badia, director ejecutivo de OrthoNOW, franquiciador de centros de atención ortopédica de urgencia, señaló que, aun así, su impacto en el costo de la atención médica y el acceso a ella sería mínimo, ya que fue concebido para ello. No contribuye en absoluto a mejorar la eficiencia del sistema ni a ampliar la red de seguridad social para los menos favorecidos.
Pero Badia aún considera el nuevo proyecto de ley como "algo positivo. Uno de los problemas de la atención médica es la expectativa del paciente de que su empleador 'lo cuidará'. Hay pocos incentivos para que los asegurados utilicen la atención médica con prudencia o investiguen otras opciones. Un sistema de libre mercado premiará la calidad y la eficiencia, y esto reducirá los costos de la atención médica, como ocurre en todos los demás sectores empresariales".